jueves, 19 de noviembre de 2015

19 de noviembre de 2015 - te entiendo.

Creo que a veces te entiendo.
Pero otras de verdad, te entiendo.
Como cuando siento que me amas infinito.
Cuando me miras profundo y en un abrazo no me soltás, y hasta logras tenerme
Cuando me despedís que parece que me soltás apurado pero siempre mirás para ver como parto.
Pero no amamos igual, a pesar de que nos amamos igual.
Porque yo te quiero siempre, intenso, todo el tiempo. Te quiero junto a mi, a mi lado, te quiero acompañar, te quiero espiar, te quiero seguir, tengo una inmensa necesidad de tu ser constante, profunda, de tu atención, de tu beso.
Vos no sabes amar para estar, para ser de a dos, para transformarse en una pareja. Vos reposas, existís, y sólo de a ratos te compartís. Como si supieras que sos mucho, como si te diera vergüenza mostrarte, como si te negaras a la posibilidad por sólo tomar mi mano, como si en el orden de las prioridades todo coexiste en un balance de igualdad de oportunidades.
Y yo te quiero siempre, que coincido en los momentos en que te dejas.
Pero no me es suficiente, porque lo que para mi no es suficiente para vos es absoluto. Y lo que para vos es suficiente para mi no define el complemento, porque en tu ausencia solo coexisten las ganas.
Y te entiendo, porque en el secreto del querer de tu abrazo, de cuando me suspiras un te amo, de cuando me pedís que me cuide, existe tu amor mas puro.
No es maldad no saber amar de a dos y de que en realidad solo tengas que aprender. O no. Porque así te amo yo, tal y como sos, aunque creo que no estés preparado para alguien como yo.

Creo que a veces te entiendo, quiero creerlo, pero otras de verdad, te entiendo.

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